jueves, 18 de marzo de 2021

Ludea: legado de un visionario

 LUDEA: legado de un visionario.


"LUDEA es para ti y es para tu enriquecimiento cultural y existencial."

Mtro. Alfonso Ferriz Salinas (1952-2021)


Jaime Castillo Cruz


Nuestro país, México, se enriquece de la obra y trabajo de mujeres y hombres que empeñan su vida en proyectos extraordinarios, que incluso trascienden su propia vida. Un ejemplo es la obra y vida del maestro e ingeniero Alfonso Ferriz Salinas (25 de noviembre de 1952 - 4 de febrero de 2021), maestro y campeón de ajedrez, promotor del juego ciencia, emprendedor, escritor, investigador, orador y político inteligente, honesto (https://www.esnaj.mx/1304-2/).

El Mtro. Alfonso Ferriz Salinas nació, creció y formó en el seno de una familia amante del ajedrez. En su familia, formada profesionalmente en la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, aprendió los principios, las reglas, la historia y el valor educativo del ajedrez. Su padre, el Ing. Alfonso Ferriz Carrasquedo, fue campeón de ajedrez en la Ciudad de México y subcampeón a nivel nacional. Como ejemplo de lo bien aprendido, el Mtro. Alfonso Ferriz Salinas logra ser campeón nacional de ajedrez en 1975.

A principios de la década de los 70 del siglo XX, el maestro Alfonso Ferriz Salinas inicia su gran misión educativa: favorecer el desarrollo intelectual, ético y social de las nuevas generaciones de mexicanos a través del juego ciencia. En su camino, en su labor, va descubriendo muchos otros juegos de estrategia e inteligencia -de muy diversas culturas y épocas- que junto con el ajedrez  le permitieron una praxis pedagógica atractiva, innovadora, retadora, lúdica. De la reflexión sobre su quehacer educativo, de la evidencia de sus logros, de la experiencia y sus conocimientos nace el programa LUDEA.

Con fundamento en la dialéctica, en la teoría de las inteligencias múltiples, en la teoría del desarrollo intelectual de Piaget y en su propia praxis pedagógica, el programa LUDEA hace uso del ajedrez y de muchos otros juegos más a los que denomina juegos de los vientos, para: mejorar la capacidad de percepción en situaciones problemáticas, resolver problemas, tomar decisiones; desarrollar el pensamiento lógico - matemático, el pensamiento creativo y divergente, el pensamiento estratégico; favorecer la formación de liderazgo fundado en valores éticos.

En el programa LUDEA, el Mtro. Alfonso Ferriz Salinas integra orgánicamente la práctica del ajedrez rápido, su descubrimiento del "síndrome Ludea"- esto es el hecho de que ningún jugador, ninguna jugadora, capta la totalidad de relaciones y elementos durante el juego- y el método Tlamatinimeh, que creó para la enseñanza del ajedrez.

Una misión tan trascendente como favorecer el desarrollo intelectual, ético y social de las nuevas generaciones a través del juego ciencia, llevó al maestro Ferriz Salinas a cofundar la Escuela Nacional de Ajedrez (www.esnaj.mx) en 1985. En esta institución el maestro dio continuidad y sentido a una larga vida de labor docente.

LUDEA es una parte del legado del Mtro. Alfonso Ferriz Salinas para muchas generaciones que encontrarán en la familia del maestro una mano solidaria para aprender a ser mejores hombres y mujeres en un México por el que él trabajaba y luchaba para ser libre y democrático, integrado por ciudadanos y ciudadanas valientes, honestos, críticos, inteligentes, productivos, participativos. Todo esto a través del juego, de los juegos de estrategia, de inteligencia; a través de los juegos de los vientos. ¡Gracias Mtro. Alfonso Ferriz Salinas! ¡Aprendamos ajedrez!


miércoles, 17 de marzo de 2021

No soy el mismo de hace un año

 ¿Qué me sucedió en este año de pandemia mundial?

Jaime Castillo Cruz


En la dinámica de la vida cotidiana es difícil tener plena conciencia de uno mismo. Lo urgente, lo inmediato crea un velo sobre nuestra persona. Esa aparente necesidad de estar ocupado me mantenía alejado de momentos de reflexión y, por lo tanto, eludía cuestionar mi propia vida.

Pero 2020  fue un año distinto. Casi todo enero estuve enfermo, tanto que tres veces me cambiaron la medicación, porque tres veces el diagnóstico médico fue diferente. Febrero pareció ser de nuevo mi vida común; sin embargo, llegó marzo con las primeras señales de que algo extraño pasaba en el entorno de trabajo, en las calles y todos los lugares de la Ciudad de México.

 Llegó la orden para confinarse en casa, para aislarse socialmente, para implementar medidas extremas de higiene, incluso para ni siquiera tocar o abrazar a nuestros seres queridos; entonces sobrevino la desconfianza, el miedo, la incertidumbre.

De pronto había demasiado tiempo para reflexionar, pero la confusión mantuvo el velo sobre mi conciencia. En unos cuantos días nos dimos cuenta que no se terminaría pronto la nueva condición; con sorpresa me enteré de la extensión de las medidas para evitar contagiarse del virus que con demasiada rapidez comenzaba a cobrar vidas en naciones de Europa, después de haberlo hecho en China, su aparente país de origen.

Incertidumbre y confusión. ¿Cuánto tiempo estaríamos así, aislados del resto de nuestro mundo, de los espacios y la gente con la que convivimos y trabajamos? Ninguna respuesta cierta, por el contrario, sólo respuestas tentativas, tanto así que casi ya se cumple un año de confinamiento.

Antes de marzo de 2020, me creía fuerte a pesar de mis 58 años, me pensaba lucido, asertivo, inteligente, emocionalmente estable. ¡Sorpresa! Me descubrí vulnerable a pesar de la aparente seguridad, a pesar de tener trabajo y de ocuparme de mis responsabilidades, a pesar de contar con la cercanía de mi familia, de mi esposa e hijos. Y, entonces, la soledad fue mi compañera cotidiana. Incertidumbre y confusión, nada de conciencia.

Otro descubrimiento más... mi cuerpo ha resistido a la enfermedad y sobrellevado mis males físicos; pero, mi ser espiritual, mi ser emocional, no ha sido tan fuerte durante este tiempo (marzo de 2020 a marzo de 2021). ¡Duele descubrirme vulnerable! Sin embargo, también encontré la posibilidad de recibir ayuda, a partir de tener iniciativa para buscarla, después de un estallido de crisis. Sin ayuda es difícil sobrevivir.

El virus del COVID-19, el causante de esta pandemia mundial; los errores en la gestión de la pandemia en México; y las propias condiciones individuales de vida, ya pusieron muy cerca de mi la muerte de alguna colaboradora, la enfermedad de compañeros de trabajo por este virus tan ubicuo, la enfermedad de uno de mis hijos también. 2020 y el primer trimestre de 2021, representan un larguísimo tiempo de una lucha dialéctica entre la vida y la muerte, entre la esperanza de algo mejor y la dureza de una terca realidad sanitaria, económica, política, social, familiar.

Hoy todavía no termina la crisis sanitaria, ni lo que esta asociado. Hoy no soy el mismo de hace un año, no sólo por el paso del tiempo, sino por la enorme trascendencia de lo que viví, de lo que experimento ahora mismo. ¡Mi conciencia no es racional, mi conciencia -la de hoy- es emocional!

Ciudad de México, a 17 de marzo de 2021.

lunes, 15 de marzo de 2021

A un año sin clases presenciales

¿Qué es prioritario aprender después de un año sin clases presenciales?

 

Jaime Castillo Cruz


En unos cuantos días en México se cumplirá un año sin clases presenciales. La situación obligó a buscar alternativas para dar continuidad al aprendizaje y el servicio educativo tanto en instituciones educativas públicas como privadas, desde el nivel básica hasta la educación superior. La emergencia de la educación a distancia se hizo presente con mucha fuerza, la tendencia a nivel mundial dio fortaleza al uso de las tecnologías de la información y la comunicación para la educación.


En el contexto de la contingencia sanitaria mundial, se hizo también muy evidente la desigualdad social, económica, cultural y tecnológica, ya de países, de regiones e incluso de individuos. Esa desigualdad genera riesgos de atraso y abandono escolar, poniendo en alto riesgo el derecho a una educación de excelencia para una cantidad importante de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.


Por ello, la pregunta actual es: ¿qué es prioritario aprender para revertir los riesgos de abandono y atraso escolar? Para responder a esta interrogante primero hay que reconocer y valorar en su justa medida el esfuerzo de maestras y maestros por conseguir el aprendizaje de sus alumnas y alumnos. ¿Qué tanto lograron? Para saberlo, se requiere de un diagnóstico personal para crear entonces planes de intervención pedagógica personalizados, que atiendan las necesidades de aprendizaje de cada educando. Sin embargo, se requiere delinear un bagaje común a todos para dar continuidad a su educación en los próximos periodos académicos, consiguiendo revertir efectos indeseables.


Sin lugar a dudas, el dominio de lenguajes para construir conocimiento es indispensable: la lengua materna (español o lengua indígena), la lengua inglesa, las matemáticas. También son indispensables las competencias para aprender a aprender: el dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, las metodologías para la investigación y estudio autónomo, las técnicas para seleccionar y sistematizar información, la capacidad para gestionar proyectos de ciencia, tecnología, arte y sociales. Y también las competencias para la convivencia: habilidades socioemocionales, la capacidad para el trabajo colaborativo y en equipo, la capacidad de resiliencia y automotivación, la capacidad para el análisis de situaciones y la toma de decisiones.


La educación hoy afronta grandes  retos en la aspiración de potenciar integralmente las capacidades del ser humano, de las nuevas generaciones. Vale la pena poner sobre la mesa esos retos, para que educadoras, educadores y sociedad participemos en su atención y resolución.

 

La gestión escolar en el marco de la Nueva Escuela Mexicana.

 Jaime Castillo Cruz En México estamos a punto de un cambio radical en el enfoque de la educación pública en la cotidianidad de las escuelas...